Es Tratado de la Verdadera Devoción
a Santísima Virgen fue escrito por San Luis Grignion de Montfort en 1712, y
debida a la gran fuerza que ese escrito tiene para llevar a las personas a la
verdadera santidad fue, fuertemente combatido por el enemigo infernal. El
demonio quiso verdaderamente destruirlo, pero Dios no lo permitió, sin embargo,
el enemigo escondió ese tratado durante ciento treinta años. Todo eso fue
admirablemente predicho y escrito por San Luis, en el propio Tratado de
Verdadera Devoción donde Él narra: “Veo animales fermentes que se precipitan
furiosos para destruir con sus dientes diabólicos este pequeño manuscrito y a
aquél de quién el Santo Espíritu se sirvió para componerlo, o por lo menos para
hacer quedar escondido en silencio de un baúl para que no aparezca” (T.V.D.
112). Así este libro escrito en 1712, desapareció y fue reencontrado solo en
1842 en un baúl de libros viejos. Publicado en 1843 se cambió lectura
obligatoria de toda alma piadosa que buscase la santidad. De hecho, San Luis
predijo la ocultación del libro, así como predijo también su reaparición y su
éxito (c.f. T.V.D. 112), de modo que después que fue publicada la obra, la Santa Esclavitud
se cambió vía espiritual de muchos Santos que se hicieron esclavos de María
Santísima y en la escuela de su Inmaculado Corazón aprendieron a amar a Dios e
a hacer su santa voluntad. Santos como San Juan María Vianey, San Juan Bosco,
San Domingos Sabio, Santa Teresita,
Santa Gema Galgani, San Pío X, San Pío de Pietrelcina y tantos otros santos y
santas de nuestro tiempo, vieron, la total consagración a Santísima Virgen no
una “devoción cualquiera” o “más una devoción”, pero una Devoción Perfecta,
aquella devoción querida por Jesús al hacer de cada uno de nosotros hijos de su
Madres Santísima.
En nuestros días unos de los mayores apóstoles, fue el
gran Papa Juan Pablo II, que se hizo esclavo por amor cuando aún era
seminarista. Y de tal manera esta total consagración ordenó su vida y misión
que adquirió como su lema personal el “Totus Tuus Mariae”. Juan Pablo II
fue un testimonio fortísimo de esta consagración en la vida de una persona.
1 - ¿Qué esla Santa
Esclavitud de amor?
1 - ¿Qué es
La total consagración a Nuestra Señora, o la santa
esclavitud de amor es la entrega de todo que somos y que tenemos a Santísima
Virgen para que a través de ella podamos más perfectamente pertenecer a Dios. La finalidad de esta total entrega a
Nuestra Señora es la de unirnos a Jesús Cristo y hacer crecer en su gracia. Nos
entregamos totalmente a Nuestra Señora para que ella nos enseñe a cumplir en
nuestra vida la Santísima
voluntad de Dios.
San Luis Maria Grignion de Montfort llama a Santa
esclavitud de amor de “la verdadera devoción” simplemente porque ella nos
muestra quién es Nuestra Señora, cuál es su lugar en el plan de la salvación y
su misión en la vida de la
Iglesia y de cada uno de nosotros. La doctrina de la Santa esclavitud nos hace
ver que Jesús nos dio a Maria como verdadera madre, nuestra educadora, y al mismo
tiempo nos invita e nos hace arrojar a los cuidados de esta buenísima Señora
que atiende al mando de Jesús que mirando para nosotros nos dice: “Eh ahí tu
madre”. Así por la total consagración de nosotros mismos a la Santísima Virgen
estamos diciendo nuestro sí a Jesús que nos la ha dado por madre a fin de que
Ella nos enseñe a hacer todo que Él mandó.
Del punto de vista pastoral la necesidad y eficacia de la
total consagración a Nuestra Señora son siempre actuales, una vez que esta
consagración y devoción no son más que la perfecta renovación de las promesas
de nuestro santo bautismo. De hecho los concilios así como muchos Papas dijeron
sobre la necesidad de recordar los cristianos los votos de su bautismo y de su
estado de pertinencia a Dios, así por la Total Consagración ,
nosotros renovamos ahora nuestras promesas bautismales, y recuperamos la
conciencia de nuestro estado de pertinencia a Dios. Todo eso a través de María,
como Jesús quiere, para que Ella nos enseñe a ser fieles a nuestra adhesión a
Cristo bien como de la renuncia de todo mal.
2
- ¿Qué ocurre con nosotros cuando nos consagramos con María Esclavos por Amor?
Nosotros confirmamos la soberanía de Dios y de la Santísima Virgen en nuestras vidas, entregando
TODO que somos y que tenemos a Jesús por las manos de María. Aquí, TODO quiere
decir TODO. Nuestro cuerpo con todos los bienes materiales y nuestra alma con
todas nuestras riquezas espirituales, nuestros pensamientos, nuestros deseos y
voluntades. Así, mismo los méritos de nuestras oraciones, sacrificios y buenas
obras pasan a pertenecer a María Santísima para que Ella pueda usarlos como le
apruebe. Por la Santa
Esclavitud de Amor pasamos a no poseer nada más. Todo pasa a
ser de María, para que de este modo todo pueda ser de Dios. Cuando hacemos esta
consagración y la vivimos obtenemos un aumento admirable en nuestro “Capital de
Gracias”, y por eso nos santificamos más rápidamente y de manera más perfecta y
segura. De hecho María Santísima es un camino fácil, corto, seguro y perfecto
para unirnos a Jesús y crecer en su gracia.
Santo Agustino, dice que María es el molde de Cristo
(forma DEI). Por su vez dice San Tomas de Aquino que nuestra vida cristiana
consiste en rehacer en nosotros la imagen y semejanza de Dios perdida por el
pecado, es decir, debemos volvernos semejante a Jesús en nuestra manera de ser,
pensar e hacer. Debemos imprimir en
nuestra alma la fisonomía de Nuestro Señor para amar como Jesús amó, pensar
como Jesús pensó, vivir como Jesús vivió...etc. Para esto nada más oportuno que
esta consagración, una vez que María Santísima es el gran molde en el que Jesús
fue formado. Así, todo aquél que echarse y deshacerse dentro de este molde
saldrá con las ficciones de Jesús. La consagración es la manera perfecta y la
vivencia de esa devoción es la manera por la cual nos deshacemos en el mismo
molde, es decir cuando nos entregamos totalmente a María, Ella nos enseñará a
ser, pensar y vivir como Jesús.
3
- ¿Quién puede hacer esta total consagración y como hacerla?
Todos los que quieren vivir en su bautismo y pueden y
deben hacer esta consagración, es decir todos los que quieren ser santos, que
creen en Jesús Cristo y en toda su doctrina tal cual nos transmite la Santa Iglesia.
Quien hace restricciones a la doctrina de Jesús Cristo enseñada por la Santa Iglesia o
quien no puede (o no quiere) vivir en comunión eucarística no puede hacer esta
consagración.
4
- ¿Cómo se hace esta consagración?
Para hacer esta consagración es necesario primero
conocerla; leyendo y escuchando el Tratado de la Verdadera Devoción
escrito por San Luis de Montfort y otros libros que tratan sobre la Santa Esclavitud ,
escuchando charlas y participando de encuentros y retiros sobre el tema. Después
de tener conciencia de que se trata esta Consagración y de cómo debe vivirla se
puede quedar una fecha y hacer las prácticas preparatorias que tardarán un mes,
ocupándose cerca de cuarenta o cincuenta minutos por día. La secuencia de preparación es la siguiente:
I
–
Doce días preliminares – Para desprenderse del espíritu del mundo la
adquisición del Espíritu de Dios. Donde se medita nuestra vocación a la
santidad, desprendiéndose de todo que pueda perjudicar a la santificación para
ir al cielo.
II
–
Primera semana – Para el conocimiento de sí mismo. Se trata de un período para
hacer un profundo examen de conciencia a partir de lo que debemos perfeccionar
buscando en todo ser agradable a Dios.
III
–
Segunda Semana – Para el conocimiento de la Santísima Virgen
de su persona, su misión, de las gracias de las cuales Ella es repleta, de sus
sublimes virtudes, de sus privilegios, etc. De forma que conociéndola mejor
podamos amarla más y honrarla como Ella se lo merece.
IV
–
Tercera semana – Para el conocimiento de Jesús Cristo nuestra Gran Finalidad,
nuestro Gran Dios y Señor.
Aquí debemos meditar en el Misterio de la aparición, de
la vida, pasión, muerte y Glorificación de Jesús Cristo, el Hijo de Dios.
Debemos contemplar la encantadora vida de Jesús, su persona y su doctrina, para
que así podamos creer en él con profunda convicción, amarlo con amor encendido
de forma a despertar en nosotros un gran deseo de hacerlos conocido, amado y
adorado, por todos.
Durante esta preparación de un mes (o 33 días), se hace
una confesión general y el día elegido (preferiblemente en una fiesta Mariana)
participe del Santo Sacrifico de la
Misa y recibe Jesús en el Santísimo Sacramento. Después de la Acción de Gracias (y como
Acción de Gracias) recita la fórmula de la Consagración que debe
estar previamente copiada (preferiblemente escrito a mano) y firmado. Cuando el
sacerdote tiene conocimiento de la consagración y aporta este acto puede pedir
que él firme la hoja como director espiritual y bendiga las cadenas (si son
utilizadas).
5
- ¿Cómo se debe vivir un consagrado y cuáles son sus deberes?
Práctica interior – El esencial de esta devoción consiste
en hacer todas las cosas por María, con María, en María y para María, para más
perfectamente hacerlas por Jesús, con Jesús, en Jesús y para Jesús. Vivir en un
estado de abandono y confianza para con Nuestra Señora confiando a ella todas
nuestras necesidades, problemas sufrimientos, alegrías, decisiones, negocios,
... etc. Como un niño pequeño coger de las manos con esta buena madre y dejar
conducirse por ella. En todo recorrer a ella. Se debe hacer todo como ella lo
hace. Bien decir a Dios y adorarlo con su corazón. Prácticas exteriores –
Debemos también cantar las glorias de María, honrarla con todo amor, anunciando
su dignidad y sus privilegios, enseñado a todos y en todo lugar. Qué es la
verdadera devoción a Ella. Debemos contemplar los misterios del Santo Rosario,
participar de sus fiestas, suscribir en sus cofradías, hacer y renovar siempre la Consagración a Ella y
llevar las personas a hacer lo mismo. Se debe usar las pequeñas cadenas de
hierro u otros tipos de cadenas como señal de nuestro amor y de nuestra
consagración a Ella, etc. Mientras tanto, es necesario observar que estas
prácticas son esenciales, pero son de gran utilidad para exteriorizar nuestro
amor a Jesús y María y edificar nuestro hermano.
6
– La difusión y la práctica generalizada de la Santa Esclavitud
de Amor llevará al Triunfo de la Santísima Virgen , y al reinado de Jesús.
Por
fin es importante acordar que la Santa Esclavitud de Amor, en el pensamiento y en
la doctrina de San Luis de Montfort, no es “más una devoción”, y mucho menos
“una devoción cualquier”, sino que es el medio que la providencia divina
eligió para establecer en el mundo el
triunfo de María y en consecuencia el reinado de Jesús. Si así lo queremos que
venga pronto el prometido Triunfo del Corazón de María y el Imperio de Jesús
sobre toda humanidad, busquemos todos hacer, vivir y propagar la Santa Esclavitud
de Amor.
Pe. Rodrigo Maria (fundador de
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